
Con la incorporación de las dos ex repúblicas socialistas, la UE pone punto final a su quinta ampliación, iniciada tras el fin de la guerra fría, culminada en mayo de 2004 con la entrada de diez nuevos miembros del centro y este de Europa y considerada el símbolo de la reunificación del Viejo continente.
La apuesta de ampliarse hacia el Este fue de tal envergadura que la UE tuvo que idear una reforma institucional para poder funcionar eficazmente con 27 miembros, reforma recogida en el Tratado constitucional ahora en barbecho por el rechazo de Francia y Países Bajos a ratificar el texto.
De ahí que la llegada de Bulgaria y Rumanía coincida con la virulencia del debate sobre la capacidad de la UE para seguir aumentando de tamaño y la urgencia de hacer las reformas necesarias para gestionar un club cada vez más numeroso.